No touch torture (2018)
-No touch torture- nombra a un martirio específico. Sin cuerpo. Una tortura que invade la mente, generando confusión, debilitamiento y fracturas en la voluntad, esto a través del uso de música, marchas, privación de sentidos, cambios de horarios, etc.
Este díptico se presenta como un acercamiento a los mecanismos de tortura y control importados por Chile durante la dictadura militar de 1973.
La elección de los dispositivos para hacer estas imágenes -drone y teléfono móvil- refieren al triunfo de dicha importación, ya que sigue operando, y más perversamente aún, ahora desde dentro de uno, una entrega voluntaria de nuestra privacidad a ese “gran hermano”, el mismo que nos enseñó a torturar.
Cortinas de humo tapan nuestra visión, como esa frazada cuando caminamos del velódromo a la caracola, del velódromo al interrogatorio, de la caracola al velódromo, una y otra vez. Sólo observamos nuestros pies, paradójicamente, sin saber dónde estamos parados.
Sumiko Muray